domingo, 27 de mayo de 2018

La orilla de la vida


Cuando en tu mente habita un sueño, un reto o una idea, estas ante la magia poderosa del universo que te llama a conquistar nuevas cimas, nuevos logros y nuevas oportunidades. Un universo que a diario conspira contigo para que la fuerza del “dueño de la vida” se haga realidad y transforme, tus preguntas y dudas, en respuestas y certezas. Nunca dudes que eres siempre elegido para concretar el plan de DIOS (cualquiera sea de tu ideas de él), pues Él cree firme y decididamente en ti, y te da todo lo necesario para que hagas realidad tu querer, que es el suyo.

Si lo anterior es cierto, no podemos ser inferior al llamado de la grandeza; al llamado de la fe y el amor que lo rodea todo, como ese poder misterioso, siempre nuevo, que confirma las promesas del “Altísimo” en cada momento de la vida. Nunca olvides que has sido llamado para ser águila y elevarte en el firmamento; para visualizar tu propio destino, tu propio proyecto, tus nuevas fronteras. Deja que la fuerza del poder divino que habita en ti, sea la fuente que nutra tus deseos y conjure todos tus temores y miedos.

Desear firmemente algo en la vida, es hacer un llamado al universo en pleno, para que su poder sobrenatural active las relaciones necesarias para hacerlo realidad. Cuando la potencia y el convencimiento de aquello que esperas, es más grande que tus dudas y limitaciones, eres capaz de quebrar tu zona de confort para leer tu destino en clave de libertad. Abandonar la orilla de la vida, enfrentar la navegabilidad en un mar cierto, es el reto de construcción personal que conquista y cruza nuevos umbrales del conocimiento, del saber y de la realidad.

Nada pasa por casualidad, no se mueve la hoja de un árbol sin un propósito, sin una intencionalidad. En este sentido, cada paso que damos en la vida, es la manifestación permanente de una fuerza que habita en el universo y que se hace realidad en cada uno de nosotros; no como lo que algunos llaman destino, sino como la declaración de interdependencia que conecta nuestros deseos y sueños, con la armonía del todo que habita en nosotros.

Nunca pierdas el foco ni el rumbo de allí donde quieres llegar, pues no te ha sido revelado esto como un capricho de la naturaleza, sino como fuego que arde en tu ser, como savia que nutre mente y como tierra que abona tu historia. Persevera y reta todo el tiempo tus propios saberes previos, tus propios conceptos y verás cómo cae el velo de la realidad y se abren nuevas rutas en medio de un mar de incertidumbres, para conquistar algunos archipiélagos de certezas.

Cuando el entorno cambia, la vida cambia, los hombres cambian. Cuando tu vida cambia, renaces en el espíritu de la verdad. Abandonas lo “viejo y caduco” para transformarte en “otro distinto”, en otro que lee el pasado sólo para aprender y enfrenta el presente como una puerta por descubrir. No hay un futuro si renuncias a partir y explorar, si olvidas tus propias capacidades y habilidades, si tus miedos te paralizan.

Recuerda que has sido declarado como “administrador y señor” de todo lo creado. Un administrador encargado, que con sus luces y sombras, ha prometido ser diligente, audaz y práctico para enfrentar los retos, superar las dificultades y entregar resultados en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo que aún tenemos para descubrir.

El Editor.

domingo, 20 de mayo de 2018

Marca Personal


Cuando entendemos quiénes somos y a qué nos debemos, podemos potenciar la esencia de nuestros talentos. Lo que hoy muchos llaman su “marca personal”, no es otra cosa que la manera de encontrar y movilizar los sueños y retos para transformarnos a nosotros mismos en otros distintos.

En este sentido, tener “marca personal”, es reconocer nuestra identidad, lo exclusivo que somos, la representación e identificación de lo que proyectamos, que nos hace distintos a todos los demás. Una declaración de independencia de los que quieren seguir produciendo individuos en serie y la opción de interdependencia, para aquellos que quieren construir proyectos relevantes en equipo.

Si quieres tener una “marca personal”, deberás saber que ésta no se construye de la noche a la mañana, o por tener una campaña de marketing digital o estar anunciado en “x o y” sitio del mundo físico o digital. Construir una “marca personal”, que no sólo sea recordada, sino trascendente, demanda coherencia, integridad, perseverancia, virtud y gran compromiso para mostrarle al mundo la esencia de tus talentos y la forma como logras ponerlos al servicio de los demás.

Para lograrlo, Andrés Pérez Ortega, detalla algunas preguntas, que buscan indagar en la profundidad del individuo, para retar y conocer qué tanto está dispuesto a salir de la zona cómoda y dar cuenta del desafío que tiene consigo mismo. Algunas preguntas son:
  • ¿Qué te hace ponerte en marcha?
  • ¿Cómo describes tu futuro profesional ideal?
  • ¿Qué es importante para ti?
  • ¿Cuáles son tus mejores cualidades y cómo puedes combinarlas?
  • ¿Cómo haces la diferencia en lo demás?
  • ¿Qué palabras te definen?
  • ¿Cómo quieres ser recordado?
  • ¿Qué te hace diferente o sobresaliente? ¿En qué eres muy bueno?
  • ¿Quién puede ser tu aliado estratégico?
  • ¿Qué te hace una persona confiable?

Desarrollar una “marca personales identificar esos talentos y habilidades que combinados de forma particular, cambian y satisfacen las expectativas de otros, creando un imaginario de recordación, que invita a conectar tus reflexiones con emociones y soluciones concretas para hacer que las cosas pasen y se transformen. Tener una “marca personal” es cultivar elementos tangibles e intangibles que configuren una imagen positiva y relevante en la mente de aquellos que son beneficiados con tus capacidades y aportes.

La experiencia con la marca personal, no empieza con el “saber hacer”, sino con el “saber ser”. Es decir, inicia desde el momento en que te encuentras con el otro, creando “momentos” que fortalecen y verifican la calidez y calidad humana que te define. El reto es concretar tantos encuentros y conexiones con los otros, que el contacto contigo se convierta en un “momento” esperado y deseado. Es decir, una construcción de reflexiones, emociones y sensaciones, que determinan la profundidad de la relación, no sólo desde la razón, sino desde el corazón: una valoración de la marca que está abrazada por el fuego espiritual y sellada por la luz de lo sagrado.

El Editor  

domingo, 13 de mayo de 2018

Plan de vida


Todos los seres humanos ejecutan un plan de vida. Algunos inician concentrados en cosas efímeras, otros en temas trascendentes y algunos viven el sueño de su propio camino, con aciertos y desaciertos. Es decir, cuando dicen que algunos andan perdidos en la vida, es que ejecutan un plan que no tiene un norte, ni retos, ni motivaciones definidas, una opción que no tarda en dar resultados contrarios, con noticias tristes que hablan de un ser sin sueños ni esperanzas.

Cuando las personas tienen un plan de vida, saben qué cosas deben abandonar y cuáles reinventar para dar cuenta con los retos que se plantean. Quien sabe que quiere alcanzar en la vida, reconocer sus aciertos y sus limitaciones. Sabe levantar la mano y pedir ayuda, así como esforzarse e insistir para conquistar sus propios miedos y superar los obstáculos que la vida le pone. Nunca ve la adversidad como “mala suerte”, sino como una oportunidad para aprender, retar sus saberes previos y construir nuevas formas de conocer.

Cuando las personas tienen un plan de vida, se concentran en sus habilidades, sus virtudes y fortalezas, pues saben que en la aplicación sistemática de las mismas, no sólo alcanzarán eso que tanto desean, sino que lograrán maestría en ellas, lo que los hará brillar y distinguirse para abrirse camino creando archipiélagos de certezas en medio de las inestabilidades del mundo. Concentrarse en las fortalezas, es elegir ser el mejor en lo que se hace y hacer pleno el ejercicio de alcanzar el potencial.

Cuando las personas tienen un plan de vida, las mueve la imaginación, el ejercicio de superar las restricciones autoimpuestas que permite explorar posibilidades y nuevos lugares para sorprenderse. La imaginación es la herramienta más poderosa para descubrir aquello que podemos liberar, desatar y conjurar para dejar correr la sabia de la innovación y encontrar respuestas a preguntas claves trascendentes de la vida: ¿qué es aquello que me hace diferente?, ¿cómo puedo superar mis retos?, ¿cómo genero valor a los demás?

Cuando las personas tienen un plan de vida, los riesgos son sus principales aliados, no representan amenazas sino oportunidades no concretadas. La percepción del riesgo, es una experiencia de balances que inicia en la cámara secreta de nuestros pensamientos, se proyecta en las opiniones y experiencias de los otros y se confirma en las apuestas novedosas que somos capaces de ejecutar. Un balance de corto y largo plazo, que te permita avanzar, aún sin conocer todas las respuestas, y decidir, aún sin conocer muchas de las variables.

Cuando las personas tienen un plan de vida, mantienen una postura analítica de todo lo que ocurre en su entorno, de las tendencias que afectan sus decisiones y de las condiciones que su realidad le impone. La capacidad analítica de aquellos que tienen un plan de vida, nunca se detiene por falta de información, opiniones sesgadas y comentarios destructivos. Es un ejercicio de construcción y ajuste permanente de escenario posibles y probables, que abre nuevas posibilidades para construir caminos inéditos, descubrir relaciones invisibles y realidades inexploradas.

Cuando las personas tienen un plan de vida, nunca olvidan el compromiso y la esencia de quienes son; saben que su vida es un don sagrado que está dispuesto para “servir a otros” y que es la mejor forma de encontrar el camino de la trascendencia en la vida. Quien tiene un plan de vida, sabe cómo quiere ser recordado, qué legado quiere dejar, y sobremanera, vive cada momento con plenitud, sin distracciones, ni reparos.

El Editor

sábado, 5 de mayo de 2018

Despertar interior


Estamos en un mundo lleno de un bombardeo permanente de imágenes, sonidos, mensajes y luces que nos nublan la mente y el entendimiento, para incorporar un marco particular de reconocimiento de la realidad, es importante despertar los sentidos internos aumentando la capacidad sensorial, afinando la observación y abriendo la potencia de la sabiduría interior.

La capacidad sensorial implica concentrarnos en nuestro objetivo, para eliminar las distracciones que tenemos alrededor. En la medida que aumentamos el foco en aquello que se quiere lograr, se descubren mas relaciones y mayor conciencia de lo que es posible alcanzar, recabando información antes desconocida, aumentando la confianza para avanzar en ese propósito, incrementando la energía que fluye desde el interior para proyectarla sobre la realidad y así, todo se conecte con la razón superior que se persigue.

La observación expande nuestra concentración, abre la mente al aprendizaje para caminar sobre las aguas de la realidad. La observación oxigena la mente y abre el entendimiento para conectar con la conciencia profunda de los pensamientos. Es una atención presente que revela relaciones conocidas y desconocidas, entrando en un estado de vigilia que se abre a asimilar detalles y detectar intuitivamente cualquier movimiento importante que pueda estar fuera de su foco de concentración. Observar descubre el velo de los detalles que se ocultan tras las luces brillantes de nuestros logros y los sesgos cognitivos propios.

La sabiduría interior indaga sobre los puntos ciegos, lecturas del trasfondo y las creencias ocultas, que pueden llegar a sabotear la confianza, la comunicación y la  camaradería que son necesarias para conectar con las expectativas y retos de las diferentes partes interesadas para hacer que las cosas pasen. La sabiduría interior permite comprender las emociones y situaciones que surgen de las cegueras y opacidades que existen en el interior del hombre, para renunciar a aquello que nos retiene y atrapa en la zona cómoda, y dar el paso requerido para visualizar el presente y transformarse en otro distinto.

Cuando el hombre es capaz de combinar estas tres cosas aumenta su fortaleza mental y espiritual que le permite avanzar en medio de las inestabilidades, dejando que las emociones fluyan, renunciando a aquello que lo hace lento y pesado, para darle paso a crear los nuevos supuestos de la realidad, visualizando el futuro como una extensión del tiempo presente. Esto supone evolucionar y superar los éxitos del pasado, los temores, las culpas y los miedos para reconocerse como un ser valioso, lleno de recursos humanos y divinos para lograr todo lo que se proponga.

Despertar los sentidos interiores, sumergirse en la potencialidad de la percepción sensorial que el hombre posee, es habilitar la atención presente, entrar en el gimnasio mental, para que el entrenador personal nos oriente sobre las emociones y las sensaciones, con el fin de distinguir su nivel de intensidad y aprender de dicha experiencia, como fuente de sabiduría para vivir en plenitud y con salud perfecta del cuerpo y del espíritu.

El Editor.

Ideas de: Divine, M. (2015) Pensar como los mejores guerreros. El método de los Navy SEAL para liderar y vencer. Bogotá, Colombia: Penguin Random House Casa Editorial.