lunes, 1 de enero de 2018

Brújula personal

Hemos dado inicio a los nuevos 365 días en el que la tierra se tarda en darle la vuelta al sol. Para ello debemos concentrarnos y mantener el rumbo hacia nuestro próximo destino teniendo afinada nuestra brújula personal para superar los desafíos y alcanzar las aspiraciones que nos hemos trazado durante este nuevo tiempo.

Para algunos será tiempo de reinvención, de cambio de mentalidad, de nuevas capacidades y prácticas. Para otros será momento para insistir en sus retos actuales y dominar habilidades que pudo desarrollar el año inmediatamente anterior. Para otro segmento, será periodo de reflexión y tomar distancia de la realidad, y así dar cuenta de las dinámicas del mundo que debe comprender y explorar.

Cualquiera sea tu momento, cada nuevo recorrido de la tierra en el espacio, es escenario de aprendizaje y desaprendizaje, de retar todo aquello que hemos aprendido: los nuevos puntos que hemos conectado y desconectado, las líneas de conocimiento que hemos movido, las experiencias vividas y los imaginarios que hemos construido. Este es un momento donde nos encontramos frente a al espejo de la vida, para dar cuenta de nuestro compromiso para hacer que las cosas pasen.

Un nuevo año es oportunidad para superar los retos del pasado y consolidar nuevas capacidades futuras. Un ejercicio para reconocer que tanto nos hemos incomodado y que tanto estamos dispuestos a hacerlo una vez más, pero ahora con mayor alcance y dedicación para lograr renovarnos a nosotros mismos, desde la misma vista interior de nuestra vida, que conecta con los retos que se plantean en el mundo exterior.

Un nuevo inicio es insistir en aquello que conviene mantener y preservar para hacer que ocurran las cosas, que se materialice y se construya el futuro que queremos. Esta es una declaración que demanda foco y valentía, para cruzar el río de la indiferencia, el fango de la inercia y la inestabilidad de la incredulidad. Insistir en aquello que debemos conservar, es una apuesta delicada de criterio y prioridad, que le permiten al hombre situarse en la lectura del mundo desde la tribuna de sus propios deseos y sueños.

Contar con nuevos 365 días es tener 365 días de experimentación y pruebas, para descubrir y arriesgar, para encontrar nuevas formas de comprender la realidad y desestabilizar el statu quo vigente. Mientras la mente y el corazón habiten en el incierto de la volatilidad, sin sobresaltos y temores, habrá mayores espacios para ver nuevas propuestas que repiensen la manera de hacer las cosas, nuevas oportunidades para “pintar en el borde de las hojas” y crear nuevos lienzos con colores inestables, fluidos y sistémicamente conectados.

Iniciar un año es el resultado de nuestro imaginario de apertura y cierre, que si bien no debe ser leído desde la postura de la lógica rígida, que sólo entiende de causas y efectos, sino desde la lógica fluida (De Bono, 2013), donde apertura y cierre son parte de un mismo continuo. Esto es, creando una espiral ascendente de conocimiento donde el inicio, no es más que un punto en un espacio infinito, y el final, una realidad que se reinicia y reinventa cada vez que dichos puntos se encuentra en un espacio finito.

El Editor

Referencia
De Bono, E. (2013) Lógica fluida. Una alternativa a la lógica tradicional. Barcelona, España: Paidos.

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