domingo, 29 de octubre de 2017

Espiritualidad superior

El reto por descubrir el futuro, es un deseo muy escondido en el corazón del hombre. Si bien vive intensamente el presente, la necesidad de conocer hacia adelante, es una fuerza interior que lo lleva a establecer patrones o reconocimiento de tendencias que le permitan estar un poco delante de la curva. ¿Quién no quisiera conocer qué va a pasar un minuto adelante en el tiempo? ¿Cuántas cosas podríamos advertir? ¿Cuántas retos podríamos superar?

Algunos piensan que es mejor no conocer lo que va a ocurrir, pues la sorpresa y el incierto los motivan y los llenan de energía para asumir la adrenalina que supone estar en el filo de la ambigüedad y experimentar los límites de sus emociones. Si bien, cualquiera de las dos posturas frente al futuro son relevantes, en el mundo de los negocios y las tendencias del mercado, si es clave poder asomarse hacia adelante para concretar apuestas que posicionen la organización en un lugar privilegiado del contexto.

Desde esta vista, es necesario detectar, como anota Burrus (2017), las tendencias fuertes esas que pasarán quieras o no, esos eventos o situaciones que empiezan a ocurrir o se darán en el futuro, que permiten transformar el presente, esto es, cambiar de forma lo que hacemos hoy, para dar cuenta del reto de diseñar y crear las reglas del futuro, desde la apuestas que hacemos en este momento.

De forma complementaria, el mismo autor, orienta sobre la identificación de las tendencias suaves, las cuales se presentan en el entorno con información razonablemente plausible; esas condiciones que se pueden derivar de datos creíbles y basados en estadísticas, o aquellas que pueden cambiar si se toman acciones decidas para que se consoliden. Las tendencias suaves establecen la base para influenciar el futuro; son la base para navegar en las posibilidades y sintetizar acciones que materialicen y concreten nuevas oportunidades para hacer que las cosas pasen.

Combinar tanto las tendencias fuertes como las suaves, permite elaborar un ejercicio de simulaciones y escenarios que no sólo crea un entorno de innovación y desafío de los inciertos e inestabilidades, sino que habilita a todos los participantes para desarrollar capacidades inexistentes hasta la fecha, como una forma de quebrar la inercia de lo conocido y lanzarse a visualizar a través del velo de lo desconocido, los nuevos patrones de crecimiento y valor.

Si quieres vivir una vida sin tensiones y estable, sin cuestionamientos, ni movimientos bruscos, y así lograr diferenciarte en lo que haces, sabrás que no es el camino que te lleva a ese destino. Sólo en la exigencia de los críticos, los cambios permanentes de tendencias y los desafíos de los tsunamis “digitales” se encuentran patrones de transformación y transmutación de espíritus y vidas.

Asume la inestabilidad y la ambigüedad como una forma de construcción de una espiritualidad superior, que nace en la confianza imperfecta de nuestras acciones y las influencias perfectas de la divinidad, como un referente básico que construye en cada ser humano una tendencia fuerte, la cual es ajustada desde las tendencias suaves, como ese timonel que exige la embarcación en medio de la mar, como testigo de su compromiso con su destino desde sus acciones en el presente.

El Editor.

Referencia
Burrus, D. (2017) The Anticipatory Organization. Turn disruption and change into opportunity and advantage. Austin, Texas. USA: Greenleaf Book Group Press.

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