domingo, 5 de marzo de 2017

Rupturas de la realidad

Cuando usted piensa que no ocurre nada en la vida, es probable que todo esté ocurriendo y no se haya percatado de ello. Bien asegura el profesor Gary Hamel, que el “problema de pronosticar el futuro, es que ya sucedió y no nos dimos cuenta”, una afirmación que nos debe disponer a monitorizar permanentemente el entorno, para detectar las frecuentes e imperceptibles “rupturas de la normalidad”, que son en últimas aquellas, que suspenden el entendimiento tradicional de la realidad y quiebran la cámara secreta de nuestros propios supuestos.

Las rupturas con el pensamiento tradicional provocadas por posturas inesperadas de la lectura de la realidad, crean un fenómeno de discontinuidad interna que afecta el normal desarrollo de la vida de las personas y las organizaciones. La zona cómoda donde se encuentran se ve amenazada por elementos antes desconocidos que retan los entendimientos vigentes, mostrando caminos alternos que, pueden o no, ser alternativas viables para reimaginar el presente y comprender y descubrir el futuro.

Pensar en la estabilidad de las organizaciones y de las personas en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo, es como tratar de contener la acelerada transformación de la sociedad en el escenario de la participación social digital, es decir, instantánea, en movimiento, en la nube y con visibilidad global. Aquellos que quieran estabilidad, sabrán que estarán en una plataforma en mar abierto, que será golpeada por las mareas de los cambios bruscos e inesperados, donde se pondrá a prueba su resistencia para no sucumbir ante tifones inclementes, que la debilitarán tarde o temprano.

Cuando el hombre moderno se asoma a la ventana del futuro, debe asegurarse que ha incorporado las lecciones aprendidas del pasado, que reta las limitaciones y propuestas del presente, con el fin de integrar y visualizar las perspectivas inéditas del mañana. El futuro no es una manifestación de lo va a ocurrir, sino la concreción de las acciones de lo que se puede simular, descubrir y entender en el ahora, en este instante donde se conspira contra la inercia y los “ya lo hicimos antes”, los cuales intentan que no se obran las oportunidades para otros.

Comprender que estamos en un mundo que evoluciona, que de forma acelerada hace obsoletos nuestros conocimientos, no es una amenaza per se para los trabajadores del conocimiento de Drucker, sino una oportunidad para comprender las olas de transformación que continuamente ocurren y surfear sobre ellas, de tal forma, que podamos potenciar nuestra visión del mundo, desarrollar nuevas habilidades, superar la cámara secreta de nuestros supuestos y así, mantenernos incómodos para construir desde la diversidad, la realidad en la cual nos movemos y existimos.

Motivar todo el tiempo rupturas en las estructuras del conocimiento actual, es una apuesta contrainsurgente contra la supuesta estabilidad de lo que conocemos. Por tanto, si quieres mantenerte delante de la curva, necesitas desconectar lo que has aprendido, sumergirte en la novedad de lo que ocurre, para conectar los puntos de forma novedosa y alterar el entendimiento del entorno, ese que sólo ocurre en los significados colectivos de los cuales hacemos parte.

El Editor. 

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