domingo, 18 de septiembre de 2016

¿Qué significa cambiar?

Una de las palabras más utilizadas en el mundo actual es “cambio”. Una palabra que está en boca de ejecutivos, profesionales, motivadores, coaches, personas del común, con la que tratan de significar el proceso de transformación que están viviendo los individuos o la situación que saben que pronto van a emprender o provocar en sus vidas.

Cambiar implica muchos movimientos tanto al interior (que son los más importantes), como al exterior de las personas. Es una opción, un compromiso personal que implica salir de la estabilidad construida y afianzada para crear una nueva ruta de crecimiento y conquista propia. Mucho se ha escrito sobre el cambio, sobre cómo cambiar, pero poco realmente se practica y se concreta para que la palabra se materialice.

Siguiendo algunas ideas de Horacio Andrade, en su libro “Cambio o fuera”, cinco son los elementos comunes cuando de enfrentar, desarrollar, provocar o concretar un cambio se requiere.


1. Desprender las propias creencias, los paradigmas, de lo que hemos dado por hecho prácticamente sin cuestionamiento alguno a lo largo de la vida. Este primer elemento, es un movimiento interior profundo, una confrontación interna que lleva a cuestionar nuestras propias seguridades, para habilitar nuevas posibilidades de ver la vida y potenciar nuestras habilidades o desarrollar nuevas para llevarnos al siguiente nivel de evolución que espera para mostrarnos todo lo que podemos alcanzar.

2. Asumir los riesgos inherentes al cambio. No es posible concretar un cambio sin motivar una zona de incertidumbre, una zona de inestabilidad tanto interna como externa. Un riesgo es un movimiento incierto que atenta contra aquellos elementos establecidos por el paradigma vigente, una forma alterna de pensamiento que motiva repensar lo conocido e incomodar la práctica actual.

Es importante distinguir entre ser arriesgado y ser temerario. Mientras el primero es una persona que valora y precisa los retos que implica moverse de un lugar a otro, el segundo es un individuo que se lanza a lograr cosas sin reflexión ni valoración, un ser dispuesto a todo, un egoísta que confunde los fines y los medios para alcanzar sus metas.

3. Desarrollar el pensamiento lateral. Debono (2006) anota que el pensamiento lateral es un pensamiento contraintuitivo, donde es necesario cambia el patrón habitual de pensamiento para ver distinciones antes inexploradas. Lo anterior, supone romper la tradición sobre la cual está construido el ejercicio del cambio, para plantear caminos ingeniosos y posibilidades inadvertidas que permitan una vista refrescante de la realidad, que sólo es posible cuando desconectamos aquello conocido, incorporamos aspectos novedosos o inesperados y volvemos a reconstruir bajo nuevos supuestos.

4. Aprender a cambiar uno mismo, lo que demanda de una buena dosis de autocrítica y, sobre todo, de humildad. Un elemento que busca conectar la estrategia de cambio con las motivaciones internas, los valores y creencias propias con el fin de traducirse así mismo en el cambio que se quiere proyectar. Comprender en detalle los seres que somos, nuestras capacidades, limitaciones y retos, nos habilitar para soñar con la mente en el cielo y la ejecución con los pies en la tierra. Nadie puede reemplazarnos en el camino de hacernos mejores versiones de nosotros mismos.

5. Motivar transformaciones en los otros. Este último elemento tiene dos connotaciones muy importantes: a) las personas tienen derechos y b) cada uno tenemos obligaciones y responsabilidades. Transformar a otros, implica respetar quienes son, cómo conciben la vida y entender las motivaciones que los movilizan, y de igual forma, comprender nuestro papel en la sociedad, que implica hacernos conscientes de lo que se espera de nosotros, nuestras obligaciones y responsabilidades para hacer que las cosas pasen.

Si entendemos que el cambio nace en una condición interna de los hombres y que el entorno, anticipa o genera aspectos que lo aceleran o lo inhiben, es importante entender que en un mundo donde las certezas han desaparecido, como afirma Andrade (2011, p.128), “hay que estar siempre abierto y hay que ser todo lo flexible que se necesite, porque aprender consiste, precisamente, en acceder a otras formas de ver la realidad”.

El Editor

Referencias
De Bono, Edward (2006) El Pensamiento Lateral. Madrid, España: Editorial Paidós Ibérica S.A.
Andrade, H. (2011) Cambio o fuera. Dirigir en el siglo XXI. Estados Unidos de América: Palibrio.

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