sábado, 18 de abril de 2015

Pensando por el complemento

El mundo exige una vista novedosa y abierta para conocerlo y entenderlo. Su capacidad de cambio y transformación nos impone una dinámica diferente para descifrar las tendencias y los puntos novedosos de nuestra realidad.  En este contexto, la forma como hemos venido conociendo nuestro entorno debe sufrir una actualización para revelar la complejidad de la dinámica social, lo cual demanda un observador calificado que combine, al mismo tiempo, la vista positiva de las causas y los efectos, con las reflexiones por el complemento, donde las relaciones definen el rumbo mismo de los acontecimientos.

No podemos seguir descubriendo el mundo sobre la certeza de que somos capaces de establecer las condiciones y relaciones relevantes entre variables, para explicar cómo se desarrollan las cosas. Es necesario, cuestionar en profundidad la lectura de los resultados o reflexiones que tenemos sobre nuestro inmediato presente, pues la sospecha de dichos resultados, no son más que una vista parcial y posiblemente inestable de una posibilidad que aún está en desarrollo.

El método científico, la ciencia y sus métodos, nos han informado durante muchos años sobre la forma como operan las cosas. Sin embargo, la pregunta que se plantea es, si la estabilidad de las estrategias usadas para indagar sobre la dinámica de los problemas, ¿es posible mantenerlas como quiera que el entorno cada vez más es volátil, incierto, complejo y ambiguo - VICA? La respuesta posiblemente nos permita sospechar con mayor claridad sobre los resultados que hemos tenido cuando de indagar sobre la realidad se trata.

Pensar por el complemento, nos permite dar cuenta de la realidad complementaria que no vemos y a lo que no estamos acostumbrados; la dinámica de los contrarios nos permite advertir que, fenómenos que se explican desde la estrategia positivista, se comportan de formas insospechadas y nos brindan información adicional que nos permite analizar nuevas condiciones de referencia sobre los mismos, que nuestro propio paradigma no nos permite ver.

Vivimos muchas veces cegados por los lentes con que leemos la realidad y cuando algún evento nos sorprende o astilla nuestros “vidrios” entendemos que hay cosas fuera que debemos entender y analizar. Esto es,  la sorpresa, aquello emergente y fuera de los objetos analizados, comienza a ganar espacio nuestra realidad y genera la crisis natural de los modelos y enfoques con los que explicamos el mundo, creando una nube de incertidumbre con la que no nos sentimos cómodos.

Si la dinámica del mundo no nos incomoda con sus exigencias VICA y no cuestiona las “verdades científicas”, la modernidad perdería su velocidad y la novedad estaría destinada a desaparecer. Por tanto, es necesario que tanto científicos, como ciudadanos nos dejemos sorprender por los vectores de patrones emergentes, por los puntos de inflexión identificados, por los hallazgos que comprometen lo establecido y sobre manera, por las nuevas lecturas de la realidad, para poder continuar la espiral ascendente de construcción de conocimiento, que nos permita como especie, continuar creando el futuro y haciendo que las cosas pasen.


El Editor 

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