martes, 5 de agosto de 2014

Vencerse a uno mismo

Si en algo en la vida hay que volverse experto, es en vencerse a uno mismo, en vencer nuestras propias limitaciones y restricciones, en superar nuestra propia comodidad, para salir al encuentro con nuestro potencial, con nuestras capacidades latentes y con el destino superior que debemos alcanzar.
 
Vivimos intensamente cada día buscando la eficiencia y la efectividad en el trabajo, buscando oportunidades para hacer en cada momento mejor las cosas, lo que nos permite mantenernos concentrados para alcanzar aquellos objetivos que son propios de nuestra labor y soporte para la organización. En este contexto, una pregunta surge: ¿Qué estamos haciendo para lograr nuestros sueños?
 
Algunos podrían responder, mientras trabajo estoy trabajando por mi sueño, pues me permite desarrollar las habilidades que requiero y la experiencia clave para alcanzar lo que tanto he querido. Otros podrían responder, mis sueños son una cosa y el trabajo es otra y así, podríamos encontrar respuestas que de una u otra forma definen aquello por lo cual vale la pena vivir la vida, por lo cual cada día es una oportunidad y cada momento un instante de plenitud.
 
Cuando renunciamos a los sueños y nuestra rutina nos consume, la vida se empieza a marchitar, los días se destiñen, la niebla de la imposibilidad aparece; la vida pierde su sabor y el alma se arruga con mayor celeridad. Renunciar a los sueños es el camino que desaparece la esencia del proyecto de los seres humanos, la fuente de nuestra conexión divina y el diálogo permanente con la generosidad del Universo.
 
Vivir la vida para alcanzar nuestros sueños, supone tomar cada momento como fuente de conocimiento y experiencia, para apuntalar y crear el entorno donde crece nuestro destino; es liberarnos de nuestros temores y lanzarnos a enfrentar con decisión los retos que exige alcanzar eso que deseamos. La esperanza del mañana y el brillo de la fe, acompañan a todos aquellos que luchan para superarse y hacer que las cosas pasen.
 
Nadie te puede reemplazar en la construcción de tu destino, pero si puedes identificar y vincular a todos aquellos que han creído en tu sueño, para que juntos, con tu experiencia y visión, abran nuevas posibilidades y capacidades antes nunca vistas. Si crees que es posible realizarlo, todo va a conspirar a tu favor para que se materialice. Bien decía Walt Disney: “Si lo sueñas, puedes realizarlo”.
 
Así pues, muchos afirman que aquellos que se vuelven expertos en un tema particular, cultivan para sí mismos su mayor vulnerabilidad, pues entran en una zona de comodidad. Sin embargo, tener la experticia de vencerse a sí mismo, tiene la ventaja superior que la zona de confort se define como “estar fuera de zona cómoda”, lo que necesariamente mantiene la movilidad y motivación permanente que genere quiebres y retos para continuar en el camino de los sueños.
 
Por tanto, vencerse a uno mismo, es el ejercicio de disciplina personal, que superando las innecesarias comparaciones con otros, es capaz de consultar el entorno, validar sus supuestos y plantear alternativas fuera de los estándares conocidos, para enfrentar el reto de conquistar sus propias metas y repensar la vida más allá de los reconocimientos humanos.
 
El Editor

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