domingo, 3 de marzo de 2013

Crear: condición divina y experiencia humana



Pareciera que la creatividad estuviese cercada por nuestros propios pensamientos y acciones; que no tuviese escapatoria para actuar respecto de los retos modernos de la sociedad y así continuar en su búsqueda de respuestas para reinventarse a sí misma.

En este espíritu de liberación y exigencia, el hombre día a día encuentra nuevas razones para seguir viviendo, nuevas razones para desequilibrar el statu quo, nuevas razones para rasgar el velo de lo novedoso, de lo inesperado, de lo sorprendente; una tendencia que se confunde con la indiferencia de los que han perdido su capacidad de asombro, de los que no creen en sus capacidades y de los que se condenan en la inercia de sus logros y de sus victorias.

El hombre ha sido dotado de la capacidad de moldear el presente, indagar en los patrones del futuro y permanecer en las playas de lo impensable. Esta capacidad instalada en nuestra genética humana, ha sido concebida por el Arquitecto Mayor para que cada uno de los seres humanos, colabore en la realización de la obra majestuosa de la Creación donde el Creador y tú son los principales protagonistas.

En este ejercicio de liberarnos de nuestras restricciones autoimpuestas, el hombre es capaz de sumergirse en el diseño mismo de las cosas y advertir la maestría de su DIOS, que ha cuidado cada detalle en su Creación, para que el hombre “conecte los puntos” faltantes y desarrolle habilidades emergentes que brinden nuevas experiencias a la humanidad y se haga uno con el proyecto divino que se ejecuta en la tierra.

Encontrar hendijas de luz en medio de la Creación, es revelar la mano de DIOS en la tierra, es correr al encuentro de la santidad y pureza del alma que es sensible a los destellos de perfección que habitan entre nosotros. La creatividad que habita en nuestro ser, es la llave maestra que abre las puertas entre lo divino y lo humano para recibir el reto de transformarnos en aquello que creemos y profesamos, el testimonio de vida que nace a diario con una idea.

Crear es una característica inherente a la divinidad, que en el hombre se hace innovación, un despertar de una habilidad potencial, que busca encontrarse con las diferentes vistas del mundo y descifrar los misterios propios de la humanidad, empezando en el corazón de las personas y terminando en los senderos misteriosos de la mente colectiva del mundo, donde todo es posible para los que creen.

Advertir los signos de los tiempos, es encontrar el sendero de las meditaciones del corazón de DIOS, para divisar los rasgos de sus pensamientos y encontrar en nuestra realidad, un reflejo de su querer, ese que se anida entre aquello real y visible al corazón humano y aquello inverosímil e invisible a su propio egoísmo.

Los signos de DIOS están disponibles, para esos seres que han logrado encontrar en la creatividad, una forma de seguir las huellas del Creador, que aun borrosas o esquivas, siempre ofrecen una ruta de escape para esos peregrinos de la tierra que han logrado vencerse a sí mismos y superar las restricciones del mundo.

El Editor

No hay comentarios:

Publicar un comentario