domingo, 24 de febrero de 2013

Decisiones sabias y prudentes


Decisiones sabias y prudentes, son las que cada día necesitamos tomar, son las que en cada momento la sociedad nos demanda. Decisiones que ponen a prueba nuestros talentos, nuestros sueños, nuestros más profundos temores y nuestros más retadores deseos.

En este sentido comenta Lowney: “Nuestras decisiones son el único puente entre el sitio donde estamos ahora y el puerto al cual queremos llegar. (…)”. Nótese que es el único, es la única forma de movilizarnos, de motivarnos a construir el surco y el camino que nos llevará lejos de la orilla, para alcanzar una dársena en medio de la travesía, que bien puede ser una meta volante o un destino alcanzado.

Por tanto, es nuestro menester descubrir los regalos que el Creador ha puesto en nuestras manos: los talentos, las virtudes, las habilidades y las capacidades para transformar nuestro entorno, para crear el futuro que queremos; en pocas palabras, ser las manos del Omnipotente, para ser donación perfecta en un mundo imperfecto.

Decidir de manera sabia, es un ejercicio habitual que demanda sacrificio, compromiso y meditación permanente, es un ritual de consagración diario donde el hombre sale de sí, a pesar de sus propios temores y, explora la espiral mental que lo asiste, frente al reto mismo de “creer sin haber visto”. Una decisión sabia, se consume cual zarza ardiente, que impregna el ambiente de un olor a santidad, con la evidencia de hechos concretos, para escoger con libertad y en verdad.

De igual forma una decisión prudente, pasa por evaluación de nuestros talentos, circunstancias, oportunidades y creencias, como una forma de tamizar nuestros ímpetus y motivaciones pasionales y así encontrar la perla fina remanente, es decir, ese movimiento meditado y mesurado del instinto que hace negocios y la habilidad particular, para mantenerse firmes ante las tentaciones de la fama, el poder y los reconocimientos.

En consecuencia, afirma Lowney “la sabiduría no es un misterioso factor X con el cual algunos nacen y que otros jamás van a tener”, es una ejercicio personal de abandono en las verdades eternas, que debe ser deseado y practicado desde lo trascendente, pero vivido y meditado en el contexto real y evidente. Ser sabio es contar con una vista panorámica que nos invita a encontrar nuevas oportunidades en el entorno y hacer la diferencia en nuestra búsqueda de sentido.

Tomar decisiones sabias y prudentes, exige sobreponernos a nosotros mismos, potencializar nuestros dones y talentos, para transformar nuestra experiencia diaria, más allá de las satisfacciones que deseamos y logros que alcancemos, en una declaración abierta y audaz que nos permita pasar de insaciables pasiones y persecuciones malsanas, a una vida de servicio en prosperidad donde haya perfección de fines y precisión de medios.

El Editor.

Referencia:
LOWNEY, C. (2010) Vivir heróicamente. Encuentre su propósito en la vida y ayude a construir un mundo mejor. Editorial Norma.

1 comentario:

  1. Considero que es cuestión de madurez, de crecimiento espitirual, de conocimiento de si mismo y de su entorno, para llegar a entregar decisiones prudentes, pensadas, analizadas, con total conocimiento de sus repercuciones. Las decisiones tomadas asi, son mas profundas, mas sabias, con conocimiento del ser interior y de lo que nos rodea. Mas, para legar a ejecutar tales hazañas, debemos conocernos mas, saber de nosotros, entendernos, interiorizarnos. Es un largo camino, cuya decisión de recorrer es solo de nosotros mismos.

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