domingo, 13 de enero de 2013

Fisión personal

Muchas son las publicaciones que nos hablan sobre liderazgo, sobre dirección, sobre motivación, sobre alto rendimiento, sobre esa forma particular en que las personas son capaces de lograr grandes cosas con otras. Encontrar esa fuente de movilización personal y la de otros, es una búsqueda que inicia en el conocimiento propio y nunca termina en el descubrimiento del otro, pues de acabar, la transformación deseada no sería sostenible y el resultado totalmente estéril y fugaz.

Robin Sharma, en su libro “Las ocho claves del liderazgo del monje que vendió su ferrari”, anota en una de sus páginas, una reflexión profunda sobre que “descubre y revela” esa fuerza que nos moviliza:

Cuando te inspira un gran objetivo, un proyecto extraordinario, todas tus ideas rompen sus lazos. Tu mente supera sus límites, tu consciencia se expande en todas direcciones y tú te encuentras en un mundo nuevo, mayor y maravilloso. Las fuerzas, las facultades y el talento que dormían en tu interior cobran vida y descubres que eres una persona más importante de lo que nunca habías soñado ser.”

Analizando estas palabras, encontramos que todo inicia en aquello donde todo nuestro ser se eleva, se desdobla, se encuentra con la esencia misma del universo, lugar donde ocurre la fisión personal, ese momento donde se produce la reacción en cadena que libera toda tu energía interior y te transforma para alcanzar todo lo que has querido. Ese romper con la inercia particular de tu vida, y revelar cómo se quiebra la estabilidad de tu propio núcleo que le da vida nuevamente al fuego interior.

Encontrar ese lugar, ese punto interior, exige de cada uno de nosotros conocer muy bien la naturaleza del núcleo, la fuente misma de la energía potencial acumulada, para poder experimentar cómo animar nuevamente la esencia de la cual estamos hechos, de la cual hemos sido creados, de la cual hemos sido dotados, la fuerza de transformar el mundo y conquistarnos a nosotros mismos.

Producir una reacción en cadena interior, es decir, abandonar nuestras propias seguridades y posiciones cómodas, es un ejercicio de valor y reto personal, una apuesta para descubrir quiénes somos y de qué estamos hechos. Una reacción de esta índole, puede ocasionar dolor, malestar, incomodidad y hasta la incapacidad de actuar, pero sólo si a diario estamos atentos a moldear nuestros potenciales y liberarnos de nuestras propias seguridades, seremos capaces, no solo de crear condiciones semejantes, sino transformaciones superiores en los demás.

Una fisión personal, esa liberación de energía humana con un propósito, con una vocación, con una visión, es la clave para forjar individuos extraordinarios, esos que saben que cada desilusión no es más que una lección encubierta que conducen a la sabiduría y a la prosperidad, que cada paso es un ejercicio de fe para lograr un fin superior, que cada momento es una oportunidad para crear el futuro y cultivar aquello que protege y alimenta su núcleo: la vida interior.

El Editor

Referencia
SHARMA, R. (2011) Las ocho claves del liderazgo del monje que vendió su ferrari. Liberdúplex. Barcelona. España.

1 comentario:

  1. Es una creación interior que rompe con los esquemas de seguridad y tranquilidad que poseemos. Nos mueve de la zona de confort. No obstante, no todos estamos dispuestos a pagar el precio que se exige, tal vez por desconocimiento, por temor al fracaso o a la desilusión o por la misma incapacidad de actuar. Pero una vez descubierto, es un motor que no debe ser apagado por el resto de nuestras vidas. Forjará nuestro destino y nos conducirá, inevitablemente, a ser mejores seres humanos y a dejar nuestra huella en la humanidad.

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