jueves, 9 de agosto de 2012

Soñar con imposibles

“Se escucha con frecuencia que "no existen cosas imposibles, sino seres incapaces". Esta frase cuya sola lectura puede resultar ofensiva, es una declaración abierta para animarnos a soñar con imposibles, para lograr cosas sobresalientes. Si no somos capaces de retarnos con imposibles, las condiciones aún más elementales, no estarán a nuestro alcance.

Pensar en imposibles, sabiendo que somos seres limitados, nos invita a dar lo mejor de nuestros talentos para transformar el mundo conocido y revelar la gloria de DIOS en la tierra. Enfrentarnos a retos "imposibles", es poner a prueba nuestra creatividad, es decir, descubrir nuestras propias restricciones y experimentar los efectos de haberlas retirado.

Caminar sobre las aguas profundas de los imposibles, es confiar plenamente en la bondad del Creador, para avanzar en medio de la niebla de nuestros temores, sabiendo que siempre hay luz y vida al final del camino. Los imposibles representan para el ser humano, la victoria sobre la inercia personal y la fuente de pasión inacabable que como la energía, no se crea ni se destruye, simplemente se transforma.

Hacer hasta lo imposible, es ver en la naturaleza y en la cotidianidad, los rasgos de la genialidad divina que se pasean ante nuestro ojos. Es perseguir la sensibilidad y delicadeza de los detalles, para traducir una vista natural del mundo, es una propuesta de transformación de tu entorno. Experimentar lo imposible, es quebrar los linderos del mundo natural para acceder a los bienes sobrenaturales.

Pensar en imposibles, creer en imposibles y vivir imposibles, son condiciones base de la esencia de DIOS. Cuando podamos entender, que como hijos del Creador y herederos de sus potencias, tenemos la capacidad de transformar lo que hacemos y desatar su gloria en la tierra, ese día haremos evidente la fuente de luz que habita en nuestro corazón desde el inicio del mundo, esa herencia que hemos recibido de ser energía pura y vibrante que moviliza el universo y renueva la tierra.

Cuando somos capaces de "ver" a través de los imposibles, experimentamos el tránsito del mundo real a la realidad superior, la vivencia de los bienes espirituales sobre los reconocimientos materiales, motivos que potencian tu vista más allá de la experiencia terrena y te transportan a la escucha divina. Los imposibles son la excusa perfecta del hombre que sella su vida con el signo de la fe y camina con la convicción del amor.

Los imposibles son la plegaria permanente de aquellos que han decidido vivir en plenitud, con el firme propósito de dejar una huella profunda de su permanencia en el mundo; de aquellos que han sido elegidos desde antiguo para ser plataforma de vida y transformación para otros, una encomienda celestial que se consuma en un madero y se signa con la sangre de un cordero.”

El Editor

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