lunes, 6 de agosto de 2012

Contribución única


Afirman COVEY y COLOSIMO en su libro “Cómo construir la carrera de su vida”: “(…) Una gran carrera consiste en resolver grandes problemas, enfrentar grandes retos y hacer aportes trascendentes (…)”, es decir, anotan los académicos, “(…) encontrar la combinación única de tu talento natural, tu pasión por una causa y vocación de tu conciencia de llenar un gran vacío en el mundo (…)”.

Si lo anterior es cierto, cada uno de nosotros tiene en potencia una gran carrera, una vida llena de energía para desarrollar la mejor contribución al mundo. Lo importante es hacer un inventario de nuestros talentos, de nuestras pasiones, de aquello que nos motiva y transforma, pues allí está la fuerza interior que te mantiene atento y vigilante para superar cada día tu propia marca.

En esta era del conocimiento, cada uno de nosotros es “un proveedor de soluciones que posee una serie de herramientas únicas con las cuales resolver problemas importantes”; cada uno tiene un don único que le permite lograr cosas con facilidad y de gran valor. Revise aquellos momentos en los que usted hace alguna actividad y ésta fluye de manera natural, sin esfuerzo y con resultados extraordinarios. Pues bien, allí descansa un potencial infinito que habla de su sello personal y la plenitud de sus habilidades. Medite en ello y póngase en acción.

En este sentido, debemos encontrar nuestro llamado, aquello por lo que podemos trabajar con gusto y sin reparos, aquello en lo que nuestras decisiones se orientan para obtener el mejor resultado y no aclamaciones o reconocimientos. Encontrar ese nicho de logro personal y aporte permanente, nos permite crear oportunidades inesperadas y potenciar nuestra curiosidad insaciable.

Bien anotaba Albert Einstein cuando se le llamaba, uno de los científicos más eminentes del mundo: “No tengo ningún talento especial, sencillamente son apasionadamente curioso”, una frase que define en sí misma una forma y estilo de vida, una condición permanente para dejarnos sorprender y movilizar frente a la incertidumbre y los desequilibrios.

Por tanto, enfrenta la esencia de aquellos que han transformado el mundo, de esos seres que “eligen la forma de verse a sí mismos”, que son “producto de sus decisiones”; de esos individuos que toman el control de sí mismos, dominan sus emociones, se elevan en oración y hacen que las cosas pasen; de aquellos voluntarios que se lanzan definir problemas en el momento que se vislumbran o detectan, de hombres y mujeres que saben recorrer la distancia entre la realidad actual y el resultado deseado.

El Editor.

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